La formación en el sector de la restauración ha dado un paso más en su apuesta por la excelencia con la celebración de la décima edición del concurso de cata de vinos organizada por Vindicas (Asociación de distribuidores de vinos de calidad de Castellón), que ha tenido lugar en el CIPFP Costa de Azahar (Cosda). En este evento han participado tres destacadas escuelas de hostelería de la Comunidad Valenciana: el CIPFP Costa de Azahar de Castellón, la Escuela de Hostelería de Benicarló y la de la Pobla de Farnals.
En este certamen, un total de 30 alumnos de los grupos de Servicios de Restauración han puesto a prueba sus conocimientos y habilidades en la cata de vinos. Durante la competición, los participantes han degustado cuatro tipos de vino de Vindicas seleccionados –un espumoso, un tinto, un blanco y un rosado – con el reto de identificar la variedad de uva, la añada, la zona de producción y el método de elaboración de cada uno de ellos.
El evento ha contado con la participación de profesionales del sector vinícola y docentes especializados en enología, quienes han evaluado a los concursantes y les han ofrecido asesoramiento sobre técnicas de cata y maridaje. Los alumnos han destacado por su gran capacidad de análisis y su interés en la cultura vinícola, mostrando un alto nivel de preparación para el sector de la hostelería y la restauración.

Ramón Reolid, jefe de estudios de Cosda, y profesor de sala del centro, afirma que este tipo de concursos sirven para reforzar la formación práctica del alumnado y fomentar el interés por el mundo del vino, un elemento clave en el ámbito de la hostelería y la restauración. Además, ha brindado a los futuros profesionales la oportunidad de enfrentarse a un ejercicio real de análisis sensorial, potenciando su capacidad de observación y su paladar experto.
El galardón al mejor participante ha sido otorgado a Natxo Royo Belenguer, nativo de Almenara y alumno del grado medio de servicios de restauración del CIPFP Costa de Azahar de Castellón, quien destacó por su precisión en la identificación de las características de los vinos catados. El alumno de Cosda, que en un futuro aspira a trabajar en el equipo de sala de restaurantes de gran nivel, destaca que lo principal para ser un buen sumiller es sentir amor y pasión por la profesión.
La participación en este tipo de eventos supone un valioso impulso para la educación enológica dentro de los programas de formación en hostelería, preparando a los estudiantes para un mercado cada vez más exigente y especializado. Cabe destacar, que esta edición ha dejado tan buen sabor de boca a todos los organizadores y participantes que, para la próxima edición, se quiere hacer extensiva esta cita a las escuelas de hostelería a nivel nacional.